Me siento como esa brisa suave que despeina tu pelo obediente.
Me siento como el último aliento antes del primer beso, agitado, sinuoso, cadavérico.
Tengo el tacto sobresaltado de tanto sentirte a la distancia, de ver labios que confundo con lo tuyos y beso en los sueños, porque recordarte en un privilegio que sólo me permito en la oníria de la noche solitaria.
Me siento como la bandera que abotoné a la cerca imaginaria dónde me canse de perderte, donde me canse de pedirte que te quedarás a escribir conmigo cuentos de espadachines con final feliz.
Me siento como el álamo y el sauce.
Me siento como el frío que nos congeló las palabras el día que nos despedimos en el parque.
Hace horas que te extraño, y cada segundo que pasa, me siento menos y me dueles más.
agosto 04, 2014
Te siento menos.
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