julio 25, 2013

La edad de las Flores

Tus manos raspan mi piel y quiero que sean lija, quiero sangrar.


Tendría que contar una historia de amor breve y apasionada para explicarme, pero el latir de mis expectativas me trae aquel sentimiento con el que me despierto a veces.

Me soñé hermosa, me soñé feliz, me soñé decidida, me soñé en colores de neón brillante. Me soñé linda para vos, con el corazón desnudo y las emociones sinceras, coronada de diamantes y amando la vida.
Explicarme supera las palabras, a menos que la electricidad del cuerpo procediera de la levedad de los decires de un corazón preocupado que se esconde a sí mismo, a su amor; el mismo que deshoja flores preguntándose su edad.
Porque las mejillas ya no son rosadas y la piel se ha vuelto cetrina, porque la corona que me viste se engalana de pesadas espinas, mis muertos pétalos, mis decepciones.

(Por si alguna vez te digo que te quiero)

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