A veces no soy de ningún lado
Y me imagino caminando por El Retiro, con frío, con camisas de corderoy pesadas.
Piso las baldosas ciegas o rescato gatos de la casa de una vieja
A veces hablo en otras lenguas y mis sentidos activan los filtros del no pertenecer,
Abro los ojos más grande, se dilatan mis pupilas y se cierra en golpe seco mi laringe ancha
Su pelo tenia olor a primavera en Kyoto, con las caras blancas, con los arboles rosa
Su boca era Rusa, su estrella era la revolución, su himno era mi marcha fúnebre.
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