febrero 08, 2017

El huracán en la panza

Acumulo palabras
Mucho, muy, un montón
De cada folículo capilar desprenden
y forman bolitas de colores oscuros alrededor de mi cama
Y son de color dorado sobre mi cuello fino.
Para que el viento no se las lleve fundo los metales a mi traquea.
La glotis golpea en tiempos desiguales.

Más abajo el pecho y su respiración sincronizan las desgracias y las comedias
Se rien de mí mis padres y mis maestros y recuerdo:
Alguna vez fui la joven promesa del arte de masticar chicles uva.

En los peldaños inferiores de mi casa:
El vacio.
Los cimientos hinchados del aire huracanado donde veo el verde y el azul
Y los azulejos de hospital de campo con el picor de una maquinita que renueva el aire de mis pulmones infantiles.

Espirometria lenta, la fotografía virgen de mi juventud insana
"No se olviden de respirar" gritaba Joaquín

Las piernas no existen, son de gelatina
Allá en la planta de abajo los chicos gritan, la familia no funciona, los vecinos hacen huelga.
Yo me prendo fuego y dejo que el aire se renueve aflojando el corset.

Los fantasmas brindan con cerveza sin alcohol y yo me compro el vestido para el velorio de un millon de primeras veces

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