septiembre 02, 2014

La entrega

Mi corazón puedes desarmarlo y jugar con el, coser a sus arterias nuevas menudencias del amor en cámara lenta, puedes experimentar el automatismo Infantil, puedes estandarizarlo y venderlo en la calle, en el colectivo o en la puerta de la iglesia universal, puedes pintarlo con los colores de los cielos que has conocido allá afuera, puedes dejarlo a la deriva en un mar de aguas calmas, flotando sencillo, esperando ser devorado por alguien más, puedes servirlo como el plato principal en la cena de mis desencantos o cambiarlo por piedras preciosas... O carbón para encender el fuego.
También puedes unirlo al tuyo, regarlo y verlo florecer en todos los colores, con todas las banderas que vimos flamear o simplemente llevarlo siempre junto al tu porvenir.
Te estoy entregando este corazón para que sea a tu merced una propiedad única, de dominio exclusivo.
Te estoy entregando mi corazón para que tu nombre quede por siempre bordado a la falda de mis amores, para que el calor en mis mejillas lleve tu firma sin subtitulos.

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