Sentí que estábamos viviendo una vida guionada, que a cada paso de los dolores de esta vida nos alejabamos más porque no supimos compartir nuestras soledades insípidas.
El portazo mudo retumbo en mi corazón sensible y entumecido.
-¿Ahijada, a usted le gusta bailar?
-Si...
-Sería el colmo sino, mire que acá somos todas bailarinas
La casa toda parchada me devolvió fuera de sí. Me dejo en la calle desnuda y triste, a sabiendas que mi lugar era virtual y el cariño, de papel. Arrugado y hecho hilachas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario