agosto 08, 2014

Soledad

Comencé por lavarme la cara, quitarme el maquillaje de la experiencia por imitación.
Una a una me fui secando las pestañas. Exprimí cada lágrima de amor y de derrota, no deje ni una sola de las desazones de la vida y les rece tres avemarias a los fantasmas que me levantan la falda mientras duermo.
Le quite el rubor a las primeras veces, y escondí el carmín de los labios en uno de los bolsillos de mi vestido.
Prepare galletas de avena y cuidadosamente las guarde en la caja de mis vanidades, las ordene por color y por dolor, por tamaño, por granulometría y por fecha de envasado.
Tuve miedo y baje la luna para acunarla, le canté canciones que hablaban de flores con varicela, del amor por primera vez y de las mariposas que se me escapan por la boca los jueves después de jugar a ver ángeles. Los pensamientos púrpura se deshojaron y el frágil murmullo del viento me empodero de neón y de gracia individual.
Llame a la puerta, pero el silencio era definitivo, no había nadie más allí y las cicatrices me dolían en todo el cuerpo.

Noc Noc Noc.
Me vi frente a un espejo que me rogaba la cara de un ángel pálido, frío, florecido de triste sombra gris. Era yo.

Me vi sincera y despojada de la gloria de los años mal vividos, del maquillaje de plomo que gestione para verme extranjera, mágica e inalterable.
Con el pulso ansioso y ganas de hechar a correr, urge en mi bolsillos y arrebate mis labios de carmín. El efecto fue atroz.
Nada alrededor pudo detener el choque, y mi corazón exploto para crear microgalaxias a millones años luz de distancia. Galaxias de soledad y de flores mustias que lloran ser amadas, para que alguien las acaricie.
Me enderece las desgracias y volví a mirar de cerca. Esta vez el impacto aterrizó como el aliento del amante en primavera, como el suave viento que mece mi pelo junto al mar, le sonreí a mi fortuna.
Busque cada pedazo de aquel corazón roto y lo convertí en polvo de estrellas.

      - Estoy sola.

Cerré los ojos y escuche pasos tintineantes envolviendo el rumor de mi inminente soledad. ¿Vas a llegar?. Yo sé.

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